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miércoles, 13 de julio de 2016

Psicólogo y/o Psicoterapeuta

¿Psicólogo o Psicoterapeuta, cuál es la diferencia? 



Muchas veces me han hecho una pregunta como ésta y pocas son las ocasiones en las que queda del todo claro. De forma, que me voy atrever a resolverla. 

Un psicólogo según la legislación española vigente precisa de estar licenciado en Psicología o por el contrario Gradudado en Psicología. Con ella obtienes la posibilidad de trabajar en un amplio rango de posibilidades profesionales. Se encuentra por ejemplo el psicologo educativo cuyo trabajo se ubica en un centro escolar donde su labor se orienta a la atención de alumnos con necesidades especiales, adaptar currículums, necesidades grupales del aula, etc. 

También está el psicólogo organizacional que se localiza en las empresas desarrollando la gestión de equipos, liderazgos, etc. 
Psicólogos sociales o comunitarios, psicólogo de investigación y desarrollo,...

Todos ellos tienen la peculiaridad de que no enfocan su labor en un ente individual con un trabajo personalizado. Pero sí conocen los recovecos de la esencia humana: conducta, emoción, pensamiento, relaciones sociales,... que les permite entender y resolver necesidades psicológicas. 

Sin embargo, es sólo el psicólogo clínico el que trabaja de forma individual en terapia con la persona, persiguiendo de la misma manera el bienestar psicológico, pero esta vez enfocado en una única persona. 
El psicoterapeuta en España necesita de una formación privada que acredite su facultad para el acompañamiento y el darse cuenta del sí mismo. Su trabajo es quizás más directivo pues su objetivo es iniciar un proceso de autodescubrimiento, en ocasiones de reestructuración del pensamiento y la mejora de la calidad de vida a través de cambio de hábitos y pautas vitales. Existen multitud, a su vez, de enfoques psicoterapeuticos (psico porque están orientados al trabajo de la psique humana), la Programación Neurolingüística, la Terapia Narrativa, Hipnosis, Terapia Gestalt, Terapia Transpersonal,... 
No obstante, es importante resaltar que no todos los psicoterapeutas son psicólogos. Cualquier persona de otra rama profesional diferente puede cursar una formación privada de psicoterapia. SIn embargo, son sólo los psicólogos los que están sujetos a unas normas y éticas establecidas por una legislación y un código deontológico dentro de los colegios profesionales. 

viernes, 12 de febrero de 2016

Me enfado y...

Emoción... La Ira (enfado, rabia, ...)


En una ocasión muy impertinente, la Luna, a la que todos conocían por su belleza y dulzura, estaba bastante enfadada. Se había enfadado con el Sol. No entendía por qué motivo siempre era él el que podía salir por el día, y de esta manera, podía apreciar los colores, las flores abrirse, los animales correr y a los seres humanos vive apresuradamente. 
Durante la noche todo era más aburrido y oscuro. Estaba cansada de ser siempre la que tenía que mandar al Planeta a dormir y a las estrellas a salir a pulular y brillar durante casi 12 horas. 


No tenía muy claro cómo resolver su enfado porque nunca coincidían. El Sol se lo ponía muy difícil para poder verse y dialogar tranquilamente. 



Hasta ahora se había limitado a no estar, pero aún así no conseguía aparecer durante el día. 
Durante 3 semanas el Planeta experimentó un efecto nunca antes vivido, 3 semanas de Luna Nueva. El Océano había cambiado su rutina y no ofrecía pleamar. Los peces se habían quedado estancados, y los pescadores ya no conseguían alimentos para sus familias. 
La Luna había conseguido, con su decisión de no aparecer, enfadar a todos los habitantes del Planeta. Sabía que esa no era la solución, porque seguía estando enfadada, seguía sin ver el día y además había enfadado a todos. 



Una noche, todos los habitantes del Planeta le gritaron enfadados para que les explicara qué pasaba.


Ella salió asustada... pero habló. Contó lo que le sucedía y se mostró muy enfadada, hasta el punto que comenzar  a gritar tanto que hasta el Sol, que en ese momento estaba al otro lado cruzó la Tierra a encontrarse con la Luna. 



Tuvo lugar el Eclipse más bonito que ningún ser vivo había visto nunca. 
La Luna consiguió ver a todos los habitantes despiertos, las flores abrirse y los colores brillar. Y además, habló, le escucharon y el enfado se disipó. 

Cristina Valerón Estrada. 

¿Qué haces con tu enfado? ¿Te escondes, lo alejas, lo evitas, lo transformas?

Quizás la opción más sencilla es atenderlo. Sólo quiere informarnos de lo que necesitamos, de lo que queremos y nos gusta. 
Tal vez el otro no lo sepa, no lo consiga ver, o no lo entienda. Pero necesita de nuestra respuesta para que la relación sea lo más sana posible. 

jueves, 8 de octubre de 2015

Temores y Aprendizajes

Ayer, por casualidad, encontré entre mis viejos libros de Universidad la mitad de un folio recortado con el tradicional desligue de doblar, presionar, lamer y separar ambos trozos... Alguien llevará la otra mitad de éste, una mitad de la que sigue formando parte mi folio.

Decía así:

TEMA
(Un poema para reflexionar)

Temía estar solo...
Hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía fracasar...
Hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si lo intento
Temía lo que la gente opinara de mí...
Hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían sobre mí.
Temía que me rechazaran...
Hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo.
Temía al dolor...
Hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad...
Hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte...
Hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temí al odio...
Hasta que me di cuenta de que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo...
Hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo...
Hasta que comprendí que ganaba sabiduría cada día.
Temía al pasado...
Hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad...
Hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio...
Hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.

Y recuerda... no es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo.

martes, 1 de septiembre de 2015

DISTINTAS CARAS, no máscaras

LAS DOS CARAS DE LOS DIOSES



Por mi trabajo he podido observar las distintas caras de los Dioses.
Existen distintos tipos de Dioses: el Bondadoso, el del Infierno, el Omnipresente, el de los más Desfavorecidos,…
Cada uno de éstos en sus respectivas leyendas, con sus respectivos seguidores…

¿Pero quiénes son en realidad estos Dioses?
Pues nadie más allá que tú o yo. Cada uno Dios de su vida y sirviendo de referencia y devoción a aquellos en los que nos ha tocado influir.
Luego, vamos a Terapia creyendo ser mortales, sin fijarnos en lo importante que podemos llegar a ser para otros.

A lo largo de la vida conocemos otros muchos tipos de Dioses, pero ninguno tiene tanta influencia sobre nosotros como nuestros Padres.
Creemos tener superada la infancia, la adolescencia,… algunos por el tiempo, otros por lo reflexionado y perdonado, otros por evitación… Nos creemos adultos dueños de nuestro mundo, cuando la realidad es que seguimos bajo la influencia de nuestras creencias.

¿Y cuáles son nuestras creencias?

Los 10 mandamientos que nos impusieron nuestros Dioses los padres:
“Sé honrado”             “ Respeta al prójimo”
“Sé humilde”             “Atiende las necesidades de quien amas”
“Hazte querer”         
Todo esto con la palabra, ¿y con sus actos? Pues al ser Dioses, con sus actos aprendimos lo que estaba bien y lo que estaba mal.
“Reir en la calle y gritar en casa”
“Decir tacos y criticar al vecino”
“Vivir en familia y llevar doble vida”
“No mostrar afecto ni amor a los que amas”
“Guardar secretos a voces que son tabú”

Maduramos y nos cuestionamos todas estas vivencias, elegimos cuáles queremos en nuestras vidas y cuáles no.
Pero lo cierto es que la Religión que nos han impuesto nuestros Dioses se ha quedado como una segunda piel de la que resulta complicado desprenderse. Marca nuestro día a día y casi sin darnos cuenta rige nuestros actos y pensamientos.

Me resulta curioso observar cómo en las diferentes generaciones se sigue dando el mismo resultado con diferentes procesos.

Antes, los jóvenes eran empujados a madurar teniendo que trabajar, formar una familia, etc. Se convirtieron en “adultos” donde la vida les vino grande para sus inmaduros cerebros emocionales y psíquicos, en algunos casos.
El resultado es que han aprendido a base de pruebas a convertirse en adultos en determinadas facetas, y siguen siendo los mismos niños en otras.
Ahora, los jóvenes de esta nueva generación de “adultos”, tienen el tiempo, el espacio y las comodidades suficientes para madurar, pero están perdidos… no se encuentran a sí mismos, no saben cómo hay que hacerlo ni siquieran si quieren realmente hacerlo.


Confío en que la siguiente generación sea capaz de tomarse el tiempo que necesite para madurar y convertirse en un adulto real, donde la Religión ni los Dioses marquen su Destino… 

Aunque me parece una Utopía, y yo me quedaría sin trabajo.

jueves, 4 de junio de 2015

Nuestra Esencia y "Ser"

He aprendido con el transcurso del tiempo y el espacio, así como de las personas que han pasado en algún momento por mi vida, que el encontrarse, amarse y aceptarse se ubica en la búsqueda de nuestra esencia.
¿Y cuál es nuestra esencia?
Pues ésta no es más que el origen de quién vinimos a “ser” a este mundo. Todo ello mucho antes de recibir el primer “NO”, el primer castigo, la primera represalia, mucho antes de que nos juzgaran o nos etiquetaran.
¿Quién era nuestro niño? O más allá¿Quién era nuestro bebé?
¿Cómo éramos cuándo llegamos a esta vida por primera vez?
Así éramos y así somos en lo más profundo de nuestro ser.
Quienes somos hoy, no es más que el resultado de la suma de eso más quiénes querían los de nuestro entorno que fuéramos. Tristemente, elegimos en el mayor porcentaje de los casos, ser la mayor parte del tiempo, quiénes “ellos” querían que fuéramos.

Hoy aprendo y observo de mis hijas, que aún no han aprendido a “ser” quienes yo y todo su entorno queremos que sean. Son quienes han venido a “ser”. Están experimentando su ingenua y valiosa esencia.
En esta esencia, la mayor parte de su tiempo viven con emociones que los adultos catalogamos como negativas (ira, frustración, rabia, celos, tristeza,…)
Y ahora yo me cuestiono ¿Cómo es que los adultos nos esforzamos continuamente por evitarlas, repelerlas, no sentirlas, no vivirlas…? Acaso no son parte de nuestra esencia.

Y aquí es dónde me encuentro en terapia, con adultos que en el transcurso y caminar de sus emociones se reprimen, se evitan, se desconectan de sus emociones por considerarlas malas y castigadoras de su destino y su felicidad. ¿Quién dijo que la felicidad consistía en estar alegre, divertido, tranquilo, acertado,… todo el tiempo?
Pensad por un momento que para poder sentir esa alegría, diversión, paz, armonía,… y poder reconocerla, es necesario transcurrir también por las sombras de la frustación, la tristeza, la confusión,… sino no podríamos adivinarlas y vivirlas como positivas.

Acepta el momento presente en el que te encuentras, porque forma parte de ti y de tu esencia, forma parte de quien viniste a ser a este mundo. Ámate como nadie lo podrá hacer jamás, valórate y quiere todas esas emociones que ahora o mañana puedes estar sintiendo. Sólo así transcurrirás en el devenir de los días con la máxima felicidad de saber quien eres y como estás.

Y por último piensa que todas estos sentimientos, mal nombrados negativos, no son más que el resultado del resto de individuos a los que les molesta estar o sentirse ante un humano triste, frustado, confuso, negativo, irritado, rabioso,.. pues proyectan sus miedos sobre ti, pensando que son ellos los responsables de tu “malestar”, cuando nada más lejos de la realidad, te hacen sentir mal por no permitirte sentirlos en plenitud.

Ojalás y pudiéramos cabrearnos, enfadarnos, confundirnos, amargarnos, irritarnos, entristecernos,… y ser aceptados y sostenidos por aquellos que nos rodean, sin cuestiones, ni preguntas, ni juicios.


Sólo mantente ahí, y disfruta del momento presente. Sea este momento, el momento que sea