LA LLAVE DE LA FELICIDAD (Jorge Bucay)
Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura.
Uno de ellos dijo:
_Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenémoslos de vicios y defectos; eso los destruirá.
El más anciano de los duendes dijo:
_Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero eso sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que, aunque sea, les haga vivir cada día un desafío.
_¡¡¡Qué divertido!!! _dijeron todos.
Pero un joven y astuto duende, desde un rincón comentó:
_Deberíamos quitarles algo que sea importante.. .¿Pero qué?
Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó:
_¡Ya sé! vamos a quitarles la llave de la felicidad.
_¡Maravilloso. .. fantástico... excelente idea!!_gritaron los duendes mientras bailaban alrededor de un caldero.
El viejo duende siguió:
_El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos volvió a tomar la palabra:
_Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
A lo que inmediatamente otro miembro repuso:
_No, recuerda que tienen fuerza y son tenaces; fácilmente alguna vez, alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos podrán escalarlo y el desafío terminará.
Un tercer duende propuso:
_Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
Un cuarto tomó la palabra y contestó:
_No, recuerda que tienen curiosidad; en determinado momento algunos construirán un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán fácilmente.
El tercero dijo
_Escondámosla en un planeta lejano a la tierra.
A lo cual los otros dijeron:
_No, recuerda su inteligencia, un día alguno va a construir una nave en la que puedan viajar a otros planetas y la van a descubrir.
Un duende viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:
_Creo saber dónde ponerla para que realmente no la descubran. Debemos esconderla donde nunca la buscarán.
Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
_¿Dónde?
El duende respondió:
_La esconderemos dentro de ellos mismos... muy cerca de su corazón...
Las risas y los aplausos se multiplicaron. Todos los duendes reían:
_¡ja...ja...ja. ..! Estarán tan ocupados buscándola fuera, desesperados, sin saber que la traen consigo todo el tiempo.
El joven escéptico acotó:
_Los hombres tiene el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente sabio para descubrir dónde está la llave y se lo dirá a todos.
_Quizás suceda así_dijo el más anciano de los duendes_, pero los hombres también poseen una innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno... NADIE LE CREERÁ.
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