Primero debemos pensar en el daño realizado de la manera más OBJETIVA posible.
Luego hay que sintonizarnos con nuestro sentimiento de EMPATÍA, coloquémonos en el lugar del otro y tratemos de entender por qué hizo lo que hizo, cuál pudo haber sido su motivación, es posible tal vez que haya tenido en parte razón, quizás nosotros hicimos algo para herir sus sentimientos primero. Piensa en todos los posibles escenarios.
Permitámonos sentir nuestro ALTRUISMO, piensa en aquella situación donde tú has sido el que ha cometido un error del cual estás arrepentido y deseaste el perdón con todas tus ansias. El perdón es un obsequio que no solamente hará feliz a otra persona, sino también a ti mismo.
Si decides perdonar debes COMPROMETERTE a hacerlo, ya sea escribiendo una carta o comentando tu decisión a alguien.
Y no puedes dejar ir el perdón, debes “engancharte” a él. No se trata de olvidar lo sucedido pero sí de mirarlo desde otra perspectiva, comprendiendo que no somos perfectos y que a veces somos dañados no por maldad, sino por mera equivocación humana.
Practica este ejercicio de amor y comienza a vivir de una manera más tranquila y significativa.
A PRACTICAR!!!!
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